En la colonia Guerrero, la familia Talara despierta para ver la primera fotografía de un agujero negro que ha sido tomada en la historia. Es 10 de abril de 2019 y todos los noticieros muestran la misma imagen: un recuadro negro con un círculo anaranjado que se difumina hacia los bordes. Parece un aro de fuego que se mira desde la distancia, rodeado por la negrura de lo desconocido. En una de las antiguas casas, a medio construir, la familia Talara está sentada frente al televisor. Alberta y Lorenzo miran sorprendidos. La ciencia nos ha rebasado, piensan, quién se lo iba imaginar. Hay tanto que no conocemos, tantos misterios que nos rodean. Tantas preguntas sin responder.

Alberta y Lorenzo son dos ancianos que miran el televisor porque creen que ahí se dirá todo lo que puede decirse. Respuestas. Eso es lo que busca la familia Talara desde hace dos años. Ahora la imagen ininteligible de ese beso de lumbre se siente como un asomo de esperanza. Si los humanos pueden encontrar esas concentraciones de masa a millones de años luz de la Tierra, deberían ser capaces de determinar el paradero de su nieta Isabel, que no ha regresado desde aquella noche en que, con 17 recién cumplidos, parecía que por fin su vida estaba tomando rumbo.

Continúa…